martes, 21 de octubre de 2008

TERCERIZACIÓN

UNA EMPRESA CON FUTURO
(tercerización)

Elkin Mario Agudelo siempre ha sido un hombre con el sueño de crear su propia empresa, y hoy puede decir que su sueño está haciéndose realidad, pues aunque su compañía aún no tiene un nombre oficial, ni una oficina estable, ya tiene importantes clientes para su oficina de investigación y previsora de riesgos.
La Previsora es la aseguradora a la que Elkin Mario presta sus servicios para analizar riesgos y los accidentes que cubre la póliza de Soat. Pero además de esto, él, presta servicios de investigación privada para diversas organizaciones y particulares. Y aunque él dice que ha sido muy difícil establecerse en este medio, ya es uno de los investigadores más solicitados.
Sus deseos de crear empresa no sólo lo han dado una reputación como investigador, sino como una persona emprendedora que también tiene en mente muchos más proyectos de empresa, pues él dice que para una vejez tranquila es necesario tener lo propio que le asegure la independencia
económica.

miércoles, 15 de octubre de 2008

RESEÑA LITERARIA

RELATO DE UN NÁUFRAGO

Gabriel García Márquez el reconocido periodista, editor y escritor colombiano, nació en 1928 en Aracataca, Magdalena. Pero sólo hasta el año 1948 iniciaría su carrera como periodista en Cartagena, para el diario El Universal. Para 1955 se publicaría su primera novela La hojarasca, y posteriormente surgirían novelas como La mala hora, entre otras. En 1967 escribió 100 años de soledad que lo consagraría como uno de los más importantes escritores de nuestros tiempos y le haría merecedor del Premio Nobel de la Literatura.

En 1955, en su carrera como periodista, tuvo la oportunidad de conocer a Luis Alejandro Velasco, un marin que sobreviviría diez días sin comer ni beber en una balsa a la deriva, después de caer al mar Caribe junto con ocho tripulantes del destructor Caldas, de la Marina de guerra de Colombia.

García Márquez, hizo una reconstrucción periodística de lo que el único marin sobreviviente le contaría, y que sería publicada un mes después del naufragio por el diario El Espectador de Bogotá.

En los diez días que Luis Alejandro Velasco padeció en el mar no pudo comer, ni beber más que un pedazo de pez, una raíz y agua de mar; lo único que podía contemplar era la inmensidad del mar, y los peces que eran devorados por los tiburones que lo siguieron durante todo el naufragio. Y a pesar de la soledad, del abrasador sol y la intensa brisa de la noche, él nunca perdió la esperanza de ser rescatado o llegar hasta tierra firme. Y sólo podría ponerle fin a su odisea al decimo día en una playa del norte de Colombia, donde empezaría su viaje a la gloria.

Apenas se difundió la noticia fue proclamado como un héroe de la patria, besado por las reinas de belleza y hecho rico por la publicidad; pero al final sería echado al olvido y odiado por el gobierno sólo por ser honesto y contar la historia tal y como fue.

Aquel muchacho de 20 años era macizo, con más cara de trompetista que de héroe de la patria, tenía un instinto excepcional del arte de narrar, una capacidad de síntesis y una memoria asombrosa, y bastante dignidad silvestre como para sonreírse de su propio heroísmo.1

Mientras García Marquez y Luis Alejandro Velasco hacian la reconstrucción profunda de aquella aventura, se haría un revuelo en el país, que le costaría a él su gloria y carrera y que por parte del escritor podría haberle costado el pellejo; pues el país estaba totalmente censurado por la dictadura militar y folclórica del general Gustavo Rojas Pinilla y por ningún motivo la prensa podía ir en oposición al gobierno.

Personalmente, este es un escrito de gran valor no sólo por la narrativa que podía transportarte a la misma valsa con el marín, sino que se hizo de una historia contada muchas veces, una nueva historia heroica y contada con la verdad sin importar que quizá se perdieran muchas cosas a causa de esto. Sencillamente, García Márquez es uno de mis escritores favoritos, pues en todos sus textos logra precisamente involucrarte con los personajes.

1Descripción hecha por el autor en ‘La historia de esta historia’, pág. 11