martes, 25 de noviembre de 2008

Artículo Sextante

DESPLAZANDO LA INDIFERENCIA

Desde el 5 de septiembre hasta el 15 de noviembre, se estará presentando en el Museo de Antioquia el proyecto ‘Destierro y Reparación’, en colaboración con la Alcaldía de Medellín, Semana, la corporación Región y los socios de este proyecto que buscan mostrar a un país las barbaries de la violencia, que despoja muchas personas de sus lugares de origen, perdiendo allí su dignidad, sus tierras y pertenencias; para posteriormente llegar a las ciudades a ser marginados por la sociedad e ignorados por el gobierno.

Nadie hace valer los derechos que tienen como ciudadanos miembros de una colectividad, que son capaces de producir para una sociedad y desarrollar una vida en común; pero que tuvieron la desgracia de habitar una zona de conflicto, donde fueron expulsados de su contexto hacía la urbe un lugar totalmente desconocido por muchos, donde padecen la exclusión social.

El proyecto brinda la posibilidad de entender que el destierro es una crisis humanitaria, una crisis que nos afecta como nación, afecta nuestra dignidad y nuestros principios sociales y políticos. Éste es un proyecto que busca frenar las causas del despojo incesante al que han sido sometidos millones de colombianos a lo largo de la historia; para así estimular una reparación cultural, espiritual y material de todas las comunidades.

Libia Posada en su obra Signos cardinales-unidades de medida, hace una muestra de la importancia de los pies, que dieron la oportunidad a los desplazados de caminar y huir de la violencia, y así mismo de detenerse y asentarse en un lugar. En ellos se retrataron mapas que son necesarios para viajar cuando es planeado, pero que cuando es a causa del desplazamiento resultan dolorosos para quien los sigue, pues son rutas confusas y destinos inciertos; viajes que implican prejuicios, exclusiones y experiencias intensas.

Son mapas hechos a partir de una reconstrucción oral, donde se dibuja la ruta de desplazamiento por una persona, es una historia que se plasma en la pierna de quien lo vivió y que tiene como destino a Medellín, como ciudad de asentamiento.

Por su parte Víctor Muñoz, en su ‘Serie muda’ que recorrió el oriente antioqueño, principalmente en el municipio de San Carlos, transportándose por las veredas que cuentan la historia de los desplazados en Colombia, eran casas llenas de historias, raíz y protección, pero ahora son sólo olvido y testigos mudos.

Se trata es de contar la historia donde familias se van del punto A al B, un punto A lleno de vidas y raíces, que al dejarlo pasará a ser el punto de olvido.

Es triste ver como las principales victimas de la violencia son los niños y jóvenes que son ajenos al conflicto y al contexto que los rodea. Muchos de ellos ni siquiera tienen la oportunidad de elegir en que contexto vivir, sino que mueren siendo vulnerados sus derechos como personas.

Esto en base a una fotografía que no recuerdo muy bien el nombre ni quien la tomó, pero se veía la ropa de una niña ensangrentada en el piso, con un triste recuadro en la parte inferior que decía “si no se deja violar por nosotros, lo van hacer los que vienen atrás”. Al ver la foto y leer esto, sólo deja en el alma un triste sabor a dolor y desolación, que sólo deja el conflicto armado, en una nación que guarda silencio ante tal dolor.

Una parte interesante de la exposición fue la posibilidad que tenían los asistentes de poder dar su opinión y escribir todo lo que se sentía o se pensaba en torno al conflicto y de que manera habían sido afectados, sin tener el temor de ser silenciados por las armas ellos o sus familias.

Fue la oportunidad de que todos hablarán y quien leyera conociera el sufrimiento de ellos, y así concientizar a la sociedad de que es un dolor real, que ellos merecen más que el desprecio y el abandono social.

Esta exposición es sólo un paso del largo camino que aún debe recorrer la sociedad colombiana. Pues hasta ahora, ellos han sido una parte olvidada del conflicto por el gobierno y los medios de comunicación, que centran el sufrimiento de la guerra en el secuestro y la desaparición. Un conflicto donde los campesinos que son sacados de sus hogares y entornos vitales, siempre pasan a un segundo plano; y nadie tiene en cuenta que ellos sufren la marginación social y que sufren estar lejos de sus raíces y sus hogares, yendo de un lugar a otro buscando lo que les ha robado el conflicto.

Hasta ahora no se ha hecho mucho por ellos, pero considero que si los medios de comunicación les dan más importancia y enfocan la atención de una manera sensible donde ellos puedan expresarse, esto llevará a que la sociedad entienda y se concientice de su realidad, sería un acercamiento la solución del desplazamiento.

Pero lo más importante es que el gobierno y la sociedad busquen soluciones, aceptando primeramente que son seres humanos que necesitan de todos para empezar de nuevo dejando atrás el dolor y el desarraigo que la violencia les dejó.

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